CUM MULTORUM CHARITATE
CARTA BREVE
DEL SUMO PONTÍFICE
BENEDICTO XIV
A todos los Cristianos que leerán la presente Carta, salud y Bendición Apostólica.
Mientras languidece la caridad de muchos, abunda con tanta frecuencia la malicia de los hombres que Nosotros, quienes hemos tenido que vivir en tiempos sumamente difíciles, estamos amenazados por los más graves peligros. Todos los principios de una y otra ley, confirmados por las enseñanzas de los Profetas y de los Apóstoles, demuestran abundantemente que Nos ha sido ofrecido un único y seguro refugio en las oraciones y en los ayunos, con los cuales nos proponemos implorar y doblegar la misericordia de Dios. En consecuencia, hemos proclamado el presente Jubileo a favor de los pueblos de Italia y de las islas adyacentes, afligidos por tantas calamidades, y hemos fortalecido en todos la gran esperanza de la ayuda divina.
1. [El documento remite al Breve de Benedicto XIV, In Suprema Catholicae Ecclesiae administratione, del 20 de noviembre de 1744].
2. Es Nuestro propósito hacer fluir las abundantes fuentes de la Divina misericordia también en el Reino de Francia y en sus Provincias, principalmente con el objetivo de que allí se eleven fervorosas acciones de gracias a Dios omnipotente por parte de todos aquellos que deseen participar de estos dones celestiales, además de cumplir con los deberes que Nosotros hemos prescrito: a Dios, porque por Su intercesión Nuestro carísimo hijo en Cristo, el Cristianísimo Rey Luis, se recuperó recientemente de una enfermedad muy grave y lamentada. Por lo tanto, que todos los pueblos de Francia, al pronunciar solemnes votos por la salud del Príncipe y por la duradera estabilidad del Reino, se derramen en oraciones para que Aquel que es el único Señor de los gobernantes acumule sobre el Rey días tras días y, teniendo en Sus manos su corazón, haga que proceda según Sus mandamientos, confíe siempre en el Señor y repose en la misericordia del Altísimo.
3. Para que además la presente Carta (que no puede ser enviada a cada lugar en particular) llegue más fácilmente al conocimiento de todos, queremos que, una vez recibida la misma o una copia de ella, incluso impresa, suscrita de puño y letra por un notario público y sellada con el sello de una persona investida de dignidad Eclesiástica, sea considerada totalmente digna de fe, como si la presente hubiera sido mostrada y presentada.
Dado en Roma, junto a Santa María la Mayor, bajo el anillo del Pescador, el 18 de febrero de 1745, quinto año de Nuestro Pontificado.
BENEDICTO XIV