UBI PRIMUM ACCEPIMUS


CARTA BREVE

DEL SUMO PONTÍFICE

CLEMENTE XIII

A los Venerables Hermanos y a los dilectos Nobles Hijos, Príncipes Electores del Sacro Romano Imperio, reunidos en Fráncfort para elegir al Rey de los Romanos

Venerables Hermanos y dilectos Nobles Hijos, salud y Bendición Apostólica.

1. Tan pronto como supimos que habíais decidido proceder a la elección del Rey de los Romanos, con quien el Imperio pueda ser sostenido y consolidado como con un nuevo apoyo, fuimos inundados de un gozo increíble y nos llenamos de esperanza, confiando en que, una vez establecida esta nueva defensa, también la misma Iglesia y todo el mundo católico recibirán una fuerza más firme. Verdaderamente, esta esperanza nuestra se verá plenamente satisfecha si esa dignidad real se confiere a nuestro amadísimo hijo en Cristo, José, Archiduque de Austria, quien, dotado de una gran y excelsa inteligencia, ha mostrado hasta ahora, a través de muchos y espléndidos indicios, haber heredado de las ilustres estirpes de sus padres, famosos en todo el mundo, las virtudes reales y su santísima disciplina, y haber depositado en su espíritu una gran deferencia hacia la Religión, junto con esa noble piedad que siempre ha caracterizado la sangre Lotaringia y Austriaca. Por tanto, deseamos ardientemente que, con vuestra altísima aprobación, se lleve a cabo la elección de este egregio Príncipe, de cuyas virtudes esperamos con pleno derecho grandes e ilustres cosas; no hay para Nosotros mayor deseo que ver a toda Alemania alegrarse colmada de júbilo por un bien tan grande.

2. Entretanto, os suplicamos y exhortamos en el nombre de Dios, Venerables Hermanos y dilectos Nobles Hijos, que, ya que os encontráis reunidos allí, dediquéis todos vuestros pensamientos, con una pasión común y conforme a lo que vuestra piedad requiere, a la tutela de la Religión Cristiana, y toméis aquellas decisiones que, a los ojos de todos, demuestren que habéis querido consultaros para la salvaguardia de la fe y los santísimos derechos de la Iglesia. Sobre este asunto, para no extendernos más, el Venerable Hermano Nicolás, Arzobispo de Traianópolis, a quien hemos enviado a vuestra reunión como nuestro Nuncio y de la Sede Apostólica, se comunicará con vosotros: os pedimos que prestéis a sus palabras la misma confianza que Nos prestaríais personalmente. Será signo no solo de vuestra benevolencia, sino también de vuestra devoción hacia esta Sede Sagrada del Beato Pedro, recibir con todos los honores y cuidados a este hombre de noble linaje, de excelente doctrina y severas costumbres, que viene a gestionar, en nuestro nombre, los intereses públicos de esta Santa Sede: de este modo demostraréis vuestra Religión y la reverencia digna del nombre católico que siempre habéis testimoniado al Jefe de toda la Iglesia.

Como prenda de nuestro particular afecto, a vosotros, Venerables Hermanos y dilectos Nobles Hijos, os impartimos con amor la Bendición Apostólica.

Dado en Roma, en Santa María la Mayor, bajo el anillo del Pescador, el 14 de enero de 1764, en el sexto año de Nuestro Pontificado.

CLEMENTE XIII