Epístola 27: R27: Günther von Henneberg a Hildegard von Rupertsberg

Obispo de Speyer. A Hildegarda.

Günther, por la gracia de Dios servidor y obispo de la iglesia de Speyer, a Hildegarda, maestra del monte de San Roberto en Bingen, salud eterna en Cristo. Porque eres un buen olor tanto para los lejanos como para los cercanos, y de espíritu santo eres consuelo para todos los que te buscan, damos gracias a la divina piedad. Por tanto, y tu amor debe tener la certeza de que vemos con ánimo complaciente el honor y la utilidad de tu iglesia, y de todas las maneras en que podamos poner en práctica nuestra voluntad para el avance de la misma iglesia, lo haremos con gusto. Pero te rogamos íntimamente tu santidad que por nuestro amor intercedas ante Dios por nosotros, y con tus oraciones lo hagas favorable para nosotros. Y debes saber sin ninguna ambigüedad, que si Dios nos concede la vida, no carecerás de una honesta remuneración. Pues es justo que nos brindes el auxilio de tus oraciones, así como nosotros estamos preocupados por tu necesidad. También deseamos tus respuestas hacia nosotros.