SEGUNDO GRADO DEL AMOR: EL HOMBRE AMA A DIOS POR SI MISMO

IX. 26. El hombre ama ya a Dios, pero todavía por sí mismo, no por Él. Es una gran prudencia comprender lo que uno puede por sí mismo, y lo que puede con la ayuda de Dios, y tratar de no ofender al que te mantiene íntegro. Mas cuando las tribulaciones son numerosas, acudimos sin cesar a Dios, y recibimos continuamente de Él la salvación. ¿Cómo no va a enternecer esa gracia salvadora al pecho y corazón más duro, y hacer que el hombre ame a Dios, no ya por sí mismo, sino también por Él?