SEGUNDA DISERTACIÓN SOBRE LOS ESQUEMAS, ESTO ES, LAS FIGURAS DE LOCUCIÓN

Esquema, es decir, figura, como se puede ver por el propio nombre, "es una cierta conformación del discurso y un hábito alejado de la razón común y que se ofrece primero". Sin embargo, difiere, como dijimos antes, el esquema del tropo, en que el tropo siempre se hace solo con palabras trasladadas; pero el esquema se hace también con palabras propias, aunque a veces también se figura el discurso con trasladadas.

Hay, sin embargo, dos tipos de figuras: una, que versa sobre el sentido, y otra, que versa sobre las palabras. Nosotros, siguiendo la facilidad, primero disertaremos sobre las figuras de las palabras y luego sobre aquellas que atañen a la mente; aunque, así como por naturaleza el sentido precede a la palabra, de igual manera habría que hablar primero de aquellas que atañen al sentido. Existen muchas especies de ambos géneros. Así pues, hay tres modos de figuras de palabras: unas se hacen por adición, otras por sustracción y otras por semejanza. También son muchas las figuras que se hacen por adición.

La primera, sin embargo, es la anáfora, que también se llama epíbola, y es la repetición frecuente de la misma palabra, cuando el discurso se conduce a menudo por la misma palabra, como está en Cicerón en la Catilinaria:

"Nada haces, nada tramas, nada piensas que yo no solo oiga, sino también vea y claramente sienta".
Esta figura también se llama epanáfora, y es bellísima en Virgilio:
"Aquí las fuentes frías, aquí los prados suaves, Licoris: Aquí el bosque, aquí contigo me consumiría con el tiempo."
Así en la Sagrada Escritura: Diga ahora Israel, porque es bueno, porque para siempre es su misericordia; diga ahora la casa de Aarón, porque para siempre es su misericordia; digan ahora los que temen al Señor, etc.; y de nuevo: Es mejor confiar en el Señor que confiar en el hombre; es mejor esperar en el Señor que esperar en los príncipes. Una anáfora excelente está en San Pablo a los Corintios, mientras encomienda la caridad sobre todas las demás virtudes: Si hablara en lenguas humanas, etc.; también está en David: La voz del Señor con poder, la voz del Señor con majestad, la voz del Señor quebrantando los cedros. Esta figura es muy común en los Salmos y en Salomón en el Eclesiastés: Todo tiene su tiempo..., tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar, etc.

Anadiplosis, reduplicatio o congeminación de la dicción, es la que se encuentra en la última parte de la oración precedente y en la primera de la siguiente, como está en Virgilio:

"Certent et cycnis ululae: sit Tityrus Orpheus: Orpheus in silvis, inter delphinas Arion."

Así es aquello: Stantes erant pedes nostri in atriis tuis, Ierusalem. Ierusalem, quae aedificatur ut civitas; Me dereliquerunt fontem aquae vivae et fecerunt sibi cisternas, cisternas dissipatas, quae aquas continere non valent. — A esto se une la epanadiplosis, que se produce cuando una oración se cierra con la misma palabra con la que empezó, como está en Virgilio:

"Multa super Priamo rogitans, super Hectore multa."

Así es aquello: Deus, quis similis... tibi? Ne taceas neque compescaris, Deus. — También se añade la analepsis, que es la repetición de la oración, para que quede más profundamente en la mente de los oyentes; así es aquello: Gaudete in Domino semper, iterum dico gaudete. — Aquí se observa la epizeuxis, que es una combinación en la que la palabra se repite sin intermediación, como está en Virgilio:

“Me, me; adsum qui feci”;

Así es aquello: Consolamini, consolamini, popule meus; y aquello: Elevare, elevare, consurge, Ierusalem. — También se añade la pallilogia, que es una locución iterada, cuando algo se repite por causa de mayor vehemencia; así es aquello: Filius accrescens Ioseph, filius accrescens et decorus aspectu.

El polyptoton es una figura en la cual el discurso varía con diferentes casos de la misma palabra, como aquello: “Qui nihil in vita habet iucundius vita, is cum virtute vitam excolere poterit unquam”; y en Virgilio:

“Litora litoribus contraria, fluctibus undas Implecor, arma armis: pugnent ipsique nepotes.”

Así es aquello del Apóstol: Gentes, quae non sectabantur iustitiam, apprehenderunt iustitiam, iustitiam autem quae ex fide est; Israel autem secundum legem iustitiae in legem iustitiae non pervenit; y aquello: Ignorantes enim iustitiam Dei et suam quaerentes statuere, iustitiae Dei non sunt subiecti; finis enim legis caritas ad iustitiam omni credenti; y aquello: Nam quae sub viro est mulier, vivente viro, alligata est legi; si autem mortuus fuerit vir eius, soluta est a lege viri; y de nuevo: Quoniam ex ipso et per ipsum et in ipso sunt omnia, ipsi gloria in saeculum. Así también aquello: Isaías: Cantabo dilecto meo canticum patruelis mei vineae suae: vinea facta est dilecto meo in cornu filii olei; et sepivit eam et lapides elegit ex ea et plantavit vineam electam, etc.; y aquello de David: Mons Dei mons pinguis, mons coagulatus, mons pinguis, ut quid suspicamini montes coagulatos? Mons, in quo beneplacitum est Deo habitare in eo. La synonymia es una figura que se interpreta como una comunión de nombres, cuyo género de locución usamos cuando con una sola palabra no parece que hayamos mostrado suficientemente la dignidad o magnitud de la cosa, como si dijéramos: afligió, postró, abatió; y en Cicerón: "Se fue, se marchó, se escapó, huyó"; así leemos en David: "Perseguiré a mis enemigos y los atraparé y no volveré hasta que desfallezcan. Los quebrantaré y no podrán mantenerse, caerán bajo mis pies... Y los trituraré... como polvo ante el viento, como lodo de las calles los borraré. En todas estas cosas se entiende lo mismo. Así también aquello: Ay de la gente pecadora, pueblo cargado de iniquidad, semilla malvada, hijos perversos; y aquello: Pecamos con nuestros padres, cometimos injusticias, hicimos iniquidad. Así también: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él? o ¿el hijo del hombre, para que lo visites? es lo mismo; en hebreo pues אנוש) enosh), איש) ish), בן־ארם) ben-adam), אדם) adam) y גבר) geber) significan lo mismo y son sinónimos.

Polisíndeton es una figura que abunda en muchas conjunciones, cuando el discurso está ligado por muchas conjunciones, como está en Virgilio:

"Tectumque laremque Armaque Amiclaeumque canem Cressamque pharetram”;

Así en el Salmo: El Señor lo conserve y lo vivifique y lo haga feliz en la tierra y no lo entregue a la voluntad de sus enemigos. Clímax, es decir, gradación, es una figura en la que en el discurso se asciende gradualmente de una cosa a otra, como está en Ovidio:

"Viderat hanc visamque cupit potiturque cupita";

y en Cicerón: "Africano virtutem industria, virtus gloriam, gloria aemulos comparavit." Así en la Sagrada Escritura en el Príncipe de los Apóstoles: "Vos autem curam omnem subinferentes, ministrate in fide vestra virtutem, in virtute autem scientiam, in scientia autem abstinentiam, in abstinentia autem patientiam, in patientia autem pietatem, in pietate autem amorem fraternitatis, en amore autem fraternitatis caritatem." Así también en el Beato Santiago:

"Consideradlo todo gozo, hermanos..., cuando caigáis en diversas tentaciones, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y la paciencia tenga su obra perfecta, para que seáis perfectos e íntegros, sin que os falte nada."

De manera similar en el Beato Pablo: "Nos gloriamos en nuestras tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia produce prueba, la prueba produce esperanza; y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones."

Siguen las figuras que se forman por sustracción, que se buscan por la brevedad y la novedad; la primera de ellas es la elipsis, que también se llama sinécdoque. Es la falta de alguna palabra en el discurso, cuya omisión se entiende suficientemente por las demás, como leemos en Terencio en Andria:

"Verbum unum cave de nuptiis"; falta: ne dicas.

Esta figura se encuentra a menudo en la Sagrada Escritura según la Verdad Hebrea; porque es particular y muy común en la lengua sagrada que el verbo sum, es, est, falte muy a menudo en el discurso y que rara vez se ponga, como es evidente para cualquiera que tenga siquiera los rudimentos de esa lengua. Además de esto, se encuentra esta figura en otros lugares, como en la Sagrada Génesis: "Dixitque Cain ad Abel...: Egrediamur foras." En hebreo hay una elipsis, pues no están esas palabras: "Egrediamur foras." Así muchos lo entienden: "Si alguien mata a Caín será castigado siete veces," de modo que hay una elipsis en medio y el sentido es: "Si alguien mata a Caín será castigado"; pero Caín será castigado siete veces, o siete veces será castigado, porque se cree que fue asesinado en la séptima generación por Lamec. Por esta figura entendemos aquel lugar del Evangelio: "Si alguien deja a su mujer, excepto por fornicación, y se casa con otra, comete adulterio"; falta una palabra; pues son dos oraciones: "Si alguien deja a su mujer, excepto por fornicación, peca, porque lo que Dios unió, el hombre no debe separar; pero quien, habiendo dejado a su esposa, de cualquier manera se case con otra, comete adulterio." — Esta figura difiere de la aposiopesis, que es una figura de sentencias, porque en la elipsis falta una palabra, y esa palabra es manifiesta y cierta, mientras que en la aposiopesis, de la que hablaremos en su lugar, lo que se omite es incierto o ciertamente debe explicarse con un discurso más largo.

Asindeton, o dialyton, es una disolución de alguna manera, cuando, eliminadas las conjunciones del discurso, se dicen varias cosas de manera disjunta, como en Virgilio:

“Ite, ferte citi flammas, date vela, impellite remos”;

tal es aquello en el Salmo: "Aclamad a Dios, toda la tierra, cantad salmos a su nombre, dad gloria a su alabanza; decid a Dios: ¡Cuán terribles son tus obras, Señor!" Esta figura a veces está solo en las palabras, como en Cicerón: "Que esté bajo su tutela la Galia, encomendada a su valor, lealtad, fortuna"; a veces está en las sentencias, como aquello del mismo: "Estos estudios alimentan la juventud, deleitan la vejez, adornan las situaciones favorables, ofrecen refugio en las adversas, deleitan en casa, no impiden fuera, pasan la noche con nosotros, viajan, están en el campo." Así también en la Sagrada Escritura, solo en palabras, como aquello de Santiago:

"Porque esta sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica; y de nuevo: Pero la sabiduría que es de lo alto es primero pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, etc."

En las sentencias, como aquello del Apóstol: "La caridad es paciente, es benigna; no tiene envidia, no actúa con jactancia, no se engríe, no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal, no se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad, etc."

Protozeugma, o hipozeugma, es una unión en la cual a una sola palabra, que se coloca al principio o al final, se refieren varias sentencias. Esto se hace de tres maneras: o con la palabra colocada al principio, a la que se refieren las demás, como: "Venció la vergüenza la lujuria, el miedo la audacia, la razón la locura"; o con la palabra colocada al final, como: "Y no eres tú, Catilina, de manera que ni la vergüenza te ha apartado de la deshonra, ni el miedo del peligro, ni la razón de la locura"; o con la palabra colocada en medio de los sentidos, como:

«Troiugena interpres divum, qui numina Phoebi, Qui tripodas Clarii lauros, qui sidera sentis Et volucrum linguas et praepetis omina pennae.»

Así claramente en la Sagrada Escritura según el primer modo está aquello del Apóstol:

"Esto sabe que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos y los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto, sin paz";

y aquello en la Ley:

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo."

En el segundo modo está aquello del Apóstol:

"Toda amargura, ira, indignación, clamor y blasfemia sean quitados de vosotros."

Según el tercer modo está aquello:

«Porque las cosas invisibles de él, desde la creación del mundo, entendidas por medio de las cosas hechas, se contemplan, a saber, su eterno poder y deidad.

Hypozeuxis es una figura contraria a la anterior, donde a cada sentido se le da su propia cláusula y cada sentencia se cierra con su propia cláusula, como en Cicerón:

"Dicen que Homero es ciudadano de Colofón, los de Quíos lo reivindican como suyo, los de Salamina lo reclaman, y los de Esmirna afirman que es suyo"; así es en Virgilio:
"Regem adit, et regi memorat nomenque genusque, Quidve petat, quidve ipse ferat, Mezentius arma, Quae sibi conciliet, violentaque pectora Turni Edocet: humanis quae sit fiducia rebus, Admonet, immiscetque preces: haud fit mora, Tarchon Iungit opes foedusque ferit."

Tal es aquello del Salmo:

"Dichoso el hombre que no anduvo en el consejo de los impíos y en el camino de los pecadores no se detuvo y en la silla de pestilencia no se sentó";

y aquello:

"Dirán la potencia de tus hechos terribles y contarán tu grandeza; anunciarán la memoria de tu abundante bondad y cantarán con júbilo tu justicia."

Así también es aquello del Apóstol:

"Ya sean profecías, se acabarán; ya sean lenguas, cesarán; ya sea conocimiento, se destruirá."

Hay también figuras del tercer tipo, que se forman ya sea por similitud de palabras, o por pares, o por contrarios, para excitar los ánimos. La primera es la paronomasia, que es una denominación; pues παρόνυμα para los griegos es lo mismo que denominativa para los latinos. Se hace cuando se colocan en el discurso palabras ligeramente cambiadas y desviadas. Así es aquello:

"El Señor es justo y ama la justicia; su rostro ve la rectitud";

y aquello:

"Bueno eres tú y en tu bondad enséñame tus preceptos."

Esta figura suele hacerse entre los oradores por similitud de palabras, como en Cicerón:

"El lugar que fue muy feliz ahora será el bosque más desierto y la custodia de los sagrados no será considerada honor, sino carga."

Así en Terencio:

"Pues el inicio es de los locos, no de los amantes."

Cuando esto sucede no por similitud de nombres, sino de verbos, se llama paromoen, como si alguien dijera que no ora, sino que arara. Isaías usa esta figura de manera muy elegante en su lengua cuando dice:

"Esperé que hiciera juicio, y he aquí iniquidad...; justicia, y he aquí clamor."

En hebreo es:

למשפט חזה. משפט לזק חזה. צק. por juicio puso משפט; por iniquidad, עולה; por justicia, צדקה; por clamor, צעקה.

Del mismo modo en la misma lengua se hace paromoeon, cuando שכל, que significa actuar con prudencia y entender, y םכל, que significa actuar con necedad, se ponen.

Homoeoptoton, es decir, que cae de manera similar, es una figura donde muchas palabras terminan en casos similares, incluso si son diferentes las que se declinan, como es aquello:

"Mereciendo, llorando, derramando lágrimas, compadeciéndose";

y en Cicerón:

"Es el mismo Verres, que siempre fue, tanto arrojado para actuar, como dispuesto para escuchar"; y: "Que en estas cosas no sea defendido como un pretor mediocre, sino alabado como el mejor comandante."

Así en la Escritura Sagrada:

"Bendijiste, Señor, tu tierra, perdonaste la cautividad de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo, cubriste todos sus pecados";

y aquello:

"Cantad y exultad y tocad salmos."

Y en Ezequiel:

"Si engendra un hijo ladrón que derrama sangre; y poco después: Comiendo en los montes y contaminando a la esposa de su prójimo, oprimiendo al necesitado y al pobre, cometiendo robos, no devolviendo la prenda, y levantando sus ojos a los ídolos, haciendo abominación, prestando a usura y tomando ganancias, ¿vivirá acaso?"

Homoeoteleuton, es decir, que termina de manera similar, es una figura cuando el final de dos o más sentencias es similar, es decir, cuando los miembros o artículos del discurso terminan con un final similar, como es aquello:

"No es propio de la misma persona actuar valientemente y vivir deshonrosamente";

en Cicerón:

"De modo que no solo los ciudadanos estuvieron de acuerdo con su voluntad, los aliados obedecieron, los enemigos se sometieron, sino que también los vientos y las tempestades le obedecieron"; "No solo para extinguir su salud, sino también para extinguir su gloria a través de tales hombres."

Así en la Sagrada Escritura en Eclesiastés:

"Mejor es ver lo que deseas, que desear lo que no conoces";

y también:

"Mejor es ser reprendido por un sabio, que ser engañado por la adulación de los necios."

Esta figura se diferencia de la anterior en que aquella ocurre en todas partes, mientras que esta se da en los miembros y artículos del discurso, y aquella se compone de palabras y nombres, mientras que esta también puede componerse de indeclinables, y aquella se basa solo en casos similares, incluso si son diferentes los que se declinan, mientras que esta termina en finales completamente iguales.

Isocolon, es decir, compar, es una figura cuando los miembros del discurso tienen casi el mismo número de sílabas, como en Cicerón:

"Apareció a finales del invierno, emprendió a principios de la primavera, completó a mediados del verano";

y de nuevo:

"La lujuria venció la vergüenza, la audacia el miedo, la locura la razón."

Así en las Sagradas Escrituras está aquello del Apóstol:

"Yo planté, Apolo regó, pero Dios dio el crecimiento";

y aquello:

"La caridad es de un corazón puro, y de una buena conciencia, y de una fe no fingida";

y en Moisés:

"Es una nación sin consejo y sin prudencia; ¡ojalá fueran sabios y entendieran esto, y consideraran su fin!"

Antítesis, es decir, contrapuesto, es una figura cuando se oponen contrarios a contrarios, como en Ovidio:

"Calientes luchaban contra fríos, húmedos contra secos, Blandos contra duros, los que no tienen peso contra los que tienen peso."

Así en la Sagrada Escritura:

"El arco de los fuertes ha sido quebrado, y los débiles se ciñeron de fuerza; los saciados se alquilaron por pan, y los hambrientos cesaron de tener hambre; hasta la estéril ha dado a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece; el Señor mata y da vida, lleva al Seol y hace subir; el Señor empobrece y enriquece, humilla y exalta."

Así:

"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes"; "El que se exalta será humillado, y el que se humilla será exaltado."

Esta figura es muy frecuente en la Sagrada Escritura.

Antimetábole, o metátesis, es decir, conmutación, es una figura cuando dos sentencias discrepantes se expresan de tal manera que la posterior procede contraria de la anterior, como es:

"No vivo para comer, sino como para vivir";

también:

"Si el poema es una pintura parlante, la pintura es un poema silencioso."

Así en la Sagrada Escritura:

"No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros";

y aquello de los Macabeos 2:

"No por el lugar escogió Dios al pueblo, sino por el pueblo al lugar."