Versículo 11

“Produzca la tierra hierba verde que dé semilla y árbol frutal que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en sí misma sobre la tierra.” Y así fue.

En hebreo: וַיֹּאמֶר אֱלֹהִים תַּדְשֵׁא הָאָרֶץ דֶּשֶׁא עֵשֶׂב מַזְרִיעַ זֶרַע עֵץ פְּרִי עֹשֶׂה פְּרִי לְמִינוֹ אֲשֶׁר זַרְעוֹ בוֹ עַל־הָאָרֶץ וַיְהִי־כֵן (Vayomer Elohim tad'she ha'aretz deshe esev mazria zera etz pri ose pri lemino asher zaro bo al-ha'aretz vayhi-ken).

En caldeo: וַאֲמַר יי תַּצְנֵי אֲרַע דִּשְׁיָא וּבָר דִּשְׁיָא מַדְרֵי זַרְעָא דְּיִשָּׂא פֵּרֵי לְמֵינֵהּ דְּזִרְעֵה בֵּיהּ עַל אַתְרָא וַהֲוָה כֵּן (Va'amar YY tats'ne ara dishya ubar dishya madrei zar'a desha peri lemeineh dezir'eh bei al atra vahava ken).

Y dijo Dios: "Produzca la tierra vegetación: hierba que dé semilla, árboles frutales que den fruto según su especie, y cuya semilla esté en ellos sobre la tierra." Y fue así.

El rabino David Kimchi señala una diferencia entre דשא (dese) y עשב (esev): que דשא, con seis puntos, significa brote, y se llama así cuando comienza a salir de la tierra; y cuando crece se llama עשב, es decir, hierba, porque דשא es el inicio de la obra en la hierba: por lo tanto, se deriva de este verbo que significa acción, como germinar, y no se forma un verbo a partir de עשב. El rabino Aben Ezra también dice que תדשא aquí es como תצמיח: germinar. El rabino Salomón dice que "דשא y עשב no son lo mismo, ni דשא es עשב, ni la lengua de la Escritura dice: הארץ תעשיב, porque las especies de דשאין divididas cada una en su sustancia se llaman alguna hierba. Y no es apropiado decir germen alguno particular y determinado, porque דשא significa vestidura de la tierra, como la plenitud de los brotes. Por lo tanto, 'produzca la tierra', es decir, que se llene y se cubra con una vestidura de hierbas.” En latín דשא se dice: ערב, hierba; sin embargo, en la Escritura, דשא se toma frecuentemente por עשב y viceversa, ya que son muy similares entre sí.

También en nuestra traducción Vulgata: "Facientem semen" en hebreo es "seminificans semen"; de manera similar, "Producat terra" en hebreo es תוצא, es decir, "haga salir", que, como muchas otras expresiones, nuestro intérprete prudentemente adaptó al estilo latino, como también lo hicieron los Setenta en griego; aunque ellos son más hábiles en inventar y señalar nombres que nosotros, por lo que a menudo se acercan más al hebreo que nosotros.

Ahora debemos aclarar el sentido de estas palabras. Dice entonces: "Produzca la tierra hierba, o germen, etc." Algunos interpretan: "produzca", es decir, que reciba y tenga la fuerza y el poder de generar; lo que parece ser la opinión de San Agustín. San Juan Crisóstomo lo interpreta de otra manera, diciendo: "El Señor ordenó, y de inmediato la tierra, madurando sus brotes, se apresuró a germinar las semillas. Y la tierra produjo hierba verde, etc., observando aquí que todo fue hecho por la palabra del Señor sobre la tierra." Esto parece más probable a otros, tanto porque la significación de las palabras lo confirma más, como porque dicen que Dios quiso mostrar cómo podía producir perfectamente y en un momento todos los efectos de las causas mediatas sin las causas intermediarias, siendo omnipotente y actuando por voluntad, no por necesidad natural: así como quiso formar al hombre por sí mismo y a todos los géneros de animales: esto debía ser perfectamente al principio.

San Basilio explica este pasaje así: "La tierra, dice, después de haber sacudido el peso del agua y haberse liberado y respirado más libremente, recibió el decreto en orden natural de germinar primero la hierba, luego los árboles: lo cual vemos suceder hasta el día de hoy. Esa primera orden dada, como una ley natural impresa en la tierra, le da la capacidad de germinar y producir frutos."

Nosotros, sin embargo, con Basilio entendemos que esta ley de germinar y producir frutos fue impuesta a la tierra por este mandamiento de Dios, y con Agustín que la tierra recibió la capacidad de germinar, y con Crisóstomo que entonces produjo la tierra germinados, hierbas y frutos por este mandato de Dios, sin ninguna causa intermediaria, no es inadecuado entenderlo en esta palabra. Pues esta ley de germinar y producir frutos, como vemos que ocurre hasta hoy, lo prueba: y que entonces recibió la capacidad de germinar, lo demuestra la razón evidente, porque nos muestra el efecto. Pues de ninguna manera la tierra habría producido sus brotes y germinados si no hubiera recibido la capacidad de Dios, el dador de todo. El texto que sigue también prueba que inmediatamente maduró y produjo sus brotes, hierbas y frutos: