- Tabla de Contenidos
- PORTADA Y DEDICACIÓN
- PROEMIO
- PRIMERA DISERTACIÓN SOBRE LOS ESQUEMAS Y TROPOS DE LA SAGRADA ESCRITURA
- SEGUNDA DISERTACIÓN SOBRE LOS ESQUEMAS, ESTO ES, LAS FIGURAS DE LOCUCIÓN
- TERCERA DISERTACIÓN DE LOS ESQUEMAS DE LAS ORACIONES
- CUARTA DISERTACIÓN SOBRE EL MÚLTIPLE SENTIDO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS
- QUINTA DISERTACION DE LA CREACIÓN DEL MUNDO EN EL TIEMPO
- SEXTA DISERTACIÓN SOBRE LOS PRINCIPIOS DE LAS COSAS
Versículo 4
Y vio Dios que la luz era buena.
En hebreo: וַיַּרְא אֱלֹהִים אֶת־הָאוֹר כִּי־טוֹב (Vayar Elohim et-ha'or ki-tov).
En caldeo: וְחֲזָא יי יַת־נְהוֹרָא אַרֵי־טָב (Vechaza YY yat-nehora are-tav)
La palabra טוֹב (tov) en hebreo significa bueno, hermoso, decoroso, deleitable; de donde el intérprete caldeo a veces la traduce como שַׁפִּיר (shapir) y שַׁפִּירָא (shapira), que significa hermoso y hermosa. Todas estas cosas convienen de manera maravillosa a la naturaleza de la luz. Pues la luz es buena, no solo en el resplandor, sino en toda la utilidad y beneficio de la luz; ya que contribuye a muchas cosas. Es deleitable, porque al verla agrada y presta un servicio al que la ve y, vista de inmediato, nos libera de la tristeza y consuela el ánimo con una cierta placidez amable. Es decorosa, porque adorna el mundo mismo con su luz infundida y embellece su apariencia. Finalmente, es hermosa, ya que por su resplandor notable toda su gracia reside en la visión y su esplendor luminoso, infundido en los cuerpos translúcidos, hace visibles a nuestros ojos todas las especies de colores y belleza, que antes, cubiertas de tinieblas, eran invisibles.
Y separó la luz de las tinieblas.
En hebreo: וַיַּבְדֵּל אֱלֹהִים בֵּין הָאוֹר וּבֵין הַחֹשֶׁךְ (Vayavdel Elohim bein ha'or uvein hachoshech).
En caldeo: וְאַפְרֵשׁ יי בֵּין נְהוֹרָא וּבֵין חֲשׁוֹכָא (Veafresh YY bein nehora uvein chashoka): Y separó Dios la luz de las tinieblas.
San Basilio lo explica así: Separó, es decir, hizo que la naturaleza de estas cosas fuera inmezclable, de modo que ninguna de ellas se mezclara con la otra, sino que fueran contrarias y opuestas. San Ambrosio tiene la misma opinión; y ciertamente no hay convención entre la luz y las tinieblas.
Sin embargo, esta distinción presenta otra cosa. Dios distinguió la luz de las tinieblas, no solo porque las hizo de naturaleza inmezclable, sino también, como dice San Juan Crisóstomo,
"Porque a cada una le asignó un lugar propio y un tiempo conveniente, para que alternativamente, cuando la luz actuara en un hemisferio, las tinieblas se retiraran al otro y la luz se asignara al tiempo diurno y las tinieblas al nocturno; y por esto, en la sustancia luminosa ya hecha, estableció la causa y el poder de iluminar, y en la opacidad de la tierra la causa de las tinieblas."