CAP. IV: Se resuelven los argumentos que antes se formulaban contra lo demostrado en el capítulo anterior.

Resta ahora resolver los argumentos de los adversarios. El PRIMERO que surge es la autoridad de los Padres y de los Concilios. Pues en el mismo Concilio de Calcedonia, en la primera sesión, después de la lectura de la epístola de Cirilo a Juan de Antioquía, el obispo Eustaquio de Berito afirmó que San Cirilo escribió que no debía entenderse en el misterio de la encarnación dos naturalezas, sino una sola naturaleza del Verbo de Dios encarnada. Y en el Concilio Lateranense bajo el papa Martín I, se declara anatema a quienes no confiesan la naturaleza del Verbo encarnada. Lo mismo admite Atanasio y Cirilo, como lo reconoce Damasceno en el libro 3 de la fe, capítulos 6 y 7. También Gregorio Nacianceno, en su epístola a Chelidonio, dice que la carne fue deificada, lo cual parece lo mismo que decir que la divinidad fue encarnada.

RESPONDO: se puede decir que la naturaleza del Verbo es encarnada, si se entiende de manera correcta, como lo explican el V Concilio y Damasceno en el lugar citado, a saber, que fue encarnada no por conversión en carne, sino por la unión con la carne en una única hipóstasis del Verbo. Aunque las palabras que se citan en el Concilio de Calcedonia por Eustaquio como si fueran de Cirilo, es verosímil que no sean de Cirilo, sino que fueron introducidas en sus obras por los herejes. Pues los católicos, en el mismo concilio, protestaron mucho al escuchar esas palabras, diciendo que más bien parecían de Dióscoro, el hereje, que de Cirilo. Por otra parte, lo que dice Gregorio Nacianceno en su epístola 1 a Chelidonio, que la carne fue deificada por la encarnación, significa que la carne se convirtió en carne de Dios por la unión con el Verbo, no que se convirtió en Dios por una conversión en la divinidad.

El SEGUNDO argumento: si en Cristo hay dos naturalezas, entonces habrá dos Cristos según la herejía de Nestorio, y por tanto no habrá Trinidad, sino cuaternidad. Pues si el Padre y el Hijo son llamados un solo Dios debido a una única esencia, ¿por qué no serán llamados dos Cristos por tener dos esencias?

RESPONDO: los nombres concretos nunca se multiplican a menos que se multipliquen los sujetos, y si son sustantivos, también requieren la multiplicación de la forma, de lo contrario no pueden expresarse más que en singular; pues quien tiene dos oficios no se llama dos artesanos, sino un solo artesano, y quien tiene varias vestimentas no se llama varios vestidos, sino uno solo. Por tanto, dado que en Cristo hay un solo sujeto, no se puede decir que haya varios Cristos o varios Señores o varios Hijos, sino uno solo. En cambio, el Padre y el Hijo son llamados un solo Dios debido a la unidad de la forma. Pues como se requieren dos cosas para la multiplicación de los sustantivos, si una de ellas falta, se produce la unidad, que es la privación de la división. La razón de todo esto es principalmente el uso común del lenguaje.

Además, el nombre de Cristo no significa la naturaleza, sino la persona, y por eso, como Nacianceno advierte en su epístola a Chelidonio, así como en la Trinidad decimos uno y otro debido al número de personas, pero no decimos una cosa y otra cosa debido a la unidad de la naturaleza, así en Cristo, después de la encarnación, decimos una cosa y otra cosa debido al número de naturalezas, pero no uno y otro debido a la unidad de la persona. Tampoco se sigue que haya una cuaternidad en Dios después de la encarnación, porque la Trinidad en Dios es de personas, no de naturalezas; y la encarnación no aumentó el número de personas. Además, la encarnación no añadió nada a Dios, que es el más perfecto y no puede ser aumentado ni disminuido, pero sí añadió mucho bien a la naturaleza humana, como correctamente enseña Atanasio en su epístola a Epicteto, resolviendo este mismo argumento.

El TERCER argumento:

En Juan 1 no se dice "El Verbo asumió carne," sino "El Verbo se hizo carne," del mismo modo que en Juan 2 se dice: "El agua se convirtió en vino," en las bodas. Pero el agua se convirtió en vino por la transformación de una cosa en otra, de modo que después no había dos naturalezas, sino una sola. Por lo tanto, de la misma manera, el Verbo se hizo carne por la conversión del Verbo en carne, y aunque antes de la unión había dos naturalezas, la del Verbo y la de la carne, después de la unión hay una sola naturaleza.

RESPONDE a este argumento con precisión Teodoreto en su diálogo llamado Immutabilis, y presenta las Escrituras que testifican que el Verbo no solo se hizo carne, sino que también asumió la carne. Pues en la epístola a los Filipenses, capítulo 2, leemos: "Siendo en forma de Dios, se despojó a sí mismo tomando la forma de siervo." Y en Hebreos 2: "No tomó a los ángeles, sino que tomó la simiente de Abraham." Y en Juan 1, después de que el evangelista dijo: "El Verbo se hizo carne," para que no pensáramos que eso ocurrió por conversión, inmediatamente añade: "Y habitó entre nosotros," es decir, el Verbo se hizo carne porque al asumir nuestra carne, comenzó a habitar en ella.

Por lo tanto, "El Verbo se hizo carne" no debe entenderse de la misma manera que "El agua se convirtió en vino," o "El pan se convirtió en carne," sino como se dice que Aarón fue hecho sumo sacerdote por Dios, o que David fue hecho rey. No entendemos que Aarón se transformó en sumo sacerdote o que David se transformó en rey, sino que comenzaron a ser lo que no eran, sin perder lo que eran. Y como se dice en Gálatas 3: "Cristo fue hecho maldición por nosotros." Este pasaje también es citado en la explicación de esta frase por Atanasio en su epístola a Epicteto, Nacianceno en su primera epístola a Chelidonio, Crisóstomo en su comentario sobre Juan, y Ambrosio en el libro sobre el sacramento de la encarnación del Señor, capítulo 6.

El CUARTO argumento: Si la divinidad no sufrió ni murió, se seguiría que es verdadera la herejía de Nestorio, quien decía que solo el hombre sufrió y murió. RESPONDO: La consecuencia no es correcta; pues las acciones y pasiones pertenecen a las personas, no a las naturalezas. Por lo tanto, Cristo Dios sufrió y murió, pero según la forma de siervo, no según la forma de Dios. Pues Pablo dice: "El mismo Señor de la gloria fue crucificado" (1 Corintios 2), pero Pedro explica según qué naturaleza padeció cuando dice: "Cristo padeció en la carne; vosotros, pues, armaos también con este mismo pensamiento" (1 Pedro 4).

El QUINTO argumento: Parece indigno de la divinidad decir que se transformó en verdadera carne, que permaneció encerrada en el útero de una mujer, que colgó muerta en la cruz, etc. Por lo tanto, no fue verdadero, sino simulado, que el Verbo se hizo carne, etc. RESPONDO: El antecedente es absolutamente verdadero, y de él se concluye correctamente que la divinidad no fue verdaderamente ni simuladamente transformada en carne. Pero no es indigno de Dios que, según la forma humana asumida, permaneciera encerrado en el útero de la Virgen y colgara muerto en la cruz; y por tanto, no se sigue que el Verbo no se hizo carne verdaderamente, sino simuladamente.