CAP. X: Se responde al argumento decimoséptimo.

ARGUMENTO 17. La Escritura y los Padres enseñan abiertamente que Pedro y Pablo fueron asesinados en Jerusalén por los escribas y fariseos, y no en Roma por los emperadores romanos. Pues en Mateo 23, el Señor dice: "He aquí que yo envío a vosotros profetas, sabios y escribas, y de ellos mataréis y crucificaréis, y de ellos azotaréis en vuestras sinagogas."

Sobre este pasaje comenta Crisóstomo: "Se refiere," dice, "a los apóstoles y a los que estuvieron con los apóstoles." Asimismo, Jerónimo comenta en el mismo pasaje: "Observa," dice, "según el apóstol, que los discípulos de Cristo tienen dones diversos: algunos eran profetas que predecían cosas futuras; otros, sabios que sabían cuándo debían hablar; y otros, escribas muy versados en la ley, de los cuales Esteban fue lapidado, Pablo asesinado, Pedro crucificado y los discípulos azotados en los Hechos de los Apóstoles." Del mismo modo, Nicolás de Lira comenta: "De ellos mataréis, como a Santiago, hermano de Juan (Hechos 12), a Esteban (Hechos 7) y a muchos otros; y crucificaréis, como a Pedro y a Andrés, su hermano," etc.

RESPONDO que de las palabras del Señor en Mateo 23 y de la explicación de Crisóstomo no se puede deducir nada en contra de nuestra opinión. Pues ni el Señor ni Crisóstomo afirman que todos los apóstoles serían asesinados por los judíos en Jerusalén, sino solo algunos. Eso es lo que indica la frase: "De ellos mataréis y crucificaréis," etc.

Y esto se cumplió en el caso de Esteban, quien fue lapidado (Hechos 7); en Santiago el Mayor, a quien Herodes mató para congraciarse con los judíos (Hechos 12); en Santiago el Menor, a quien los propios judíos mataron en Jerusalén, como testifica Josefo en el libro 20 de las Antigüedades, capítulo 16; y en Simeón, sucesor de Santiago, quien fue crucificado en Jerusalén, según enseña Eusebio en su Crónica. Muchos también sostienen con probabilidad que Matías fue crucificado en Judea.

Si Veleno insiste en que el Señor se refería a todos los apóstoles, entonces habría que negar todas las historias que afirman que Andrés murió en Acaya, Felipe y Juan en Asia, Tomás en la India, Bartolomé en Armenia, Mateo en Etiopía y Simón y Judas en Persia.

Por otra parte, San Jerónimo no quiso significar que Pedro y Pablo hubieran sido asesinados en Jerusalén, pues enseña claramente en su De viris illustribus que murieron en Roma por orden de Nerón. Lo que deduce de las palabras del Señor es que los discípulos de Cristo tenían dones diversos y que sus muertes también fueron variadas. Como el Señor había dicho que enviaría profetas, sabios y escribas, Jerónimo observa que los discípulos tenían diferentes dones; y cuando el Señor dice:

"A algunos mataréis, a otros crucificaréis," Jerónimo nota que los discípulos morirían de diversas maneras y da ejemplos: Esteban lapidado, Pablo decapitado y Pedro crucificado. Por tanto, estos ejemplos no indican qué discípulos serían asesinados por los judíos, sino que ilustran los distintos tipos de martirio que sufrirían.

Por otra parte, Nicolás de Lira no tiene la suficiente autoridad como para contradecir a todos los antiguos Padres y escritores, quienes sostienen que Pedro fue asesinado en Roma por Nerón, y Andrés en Acaya por Egeo. Además, sin duda, Lira sigue a Jerónimo y solo quiso decir que Pedro y Andrés fueron crucificados por causa de Cristo, aunque se expresó de manera menos cuidadosa.