2, 4-6

Me conduce a la casa del vino, y el pendón que enarbola sobre mí es amor. Confortadme con pasteles de pasas, con manzanas reanimadme, que estoy enferma de amor. Su izquierda está bajo mi cabeza, su diestra me abraza.

Él la lleva a la casa del vino y su estandarte ondea sobre ella, se llama amor. Ella se entrega ahora a su dirección, y él le muestra que esa conducción es amor. En el momento en que ella se entrega por completo, entonces no puede más, pide que la conforte. Cuando su deseo es cumplido y puede confiarse a su dirección, se hace débil. Mientras aún ansiaba, mientras aún no era llevada a la casa del vino, ella era fuerte. Sabía lo que quería y determinaba. Ahora esto cesa. Pero no puede renunciar a su propia fuerza, debe ser fortalecida.

Esto puede ser veterotestamentario. La novia no puede soportar su debilidad, ya que su fuerza ha pasado al novio. Ella no es capaz de ver la victoria de él tampoco allí donde es vencida, vencida por su amor.

Sin embargo, tan pronto nota su debilidad y lucha contra ella, de nuevo desea ser toda entrega: ¡qué él la tome en sus manos! La petición de ser confortada era una interrupción de las intenciones de él por la voluntad de ella, por su propia fuerza. Pero luego él toma con su mano más débil su cabeza y con la más fuerte la abraza toda. Como si ahora su fuerza diestra fuera consagrada al cuerpo de ella y la menor a la cabeza, como si la cabeza fuese menos importante que el cuerpo. Él utilizará menos fuerza para atraer a sí la cabeza que el cuerpo. Ahora quiere el cuerpo, y no hace ningún esfuerzo especial para ganar aún su cabeza, el símbolo de los pensamientos y representaciones de ella.

De un modo análogo, la Iglesia aferra corporalmente con firmeza a quien ya ha acogido en su seno; de alguna manera se preocupa menos por asegurarlo espiritualmente, mientras medita cómo atraer espiritualmente a quien aún se encuentra fuera de ella. Y la bandera del amor ondea sobre ella. También nosotros en la Iglesia ya no tenemos la posibilidad de elegir qué bandera queremos seguir: a la Iglesia le fue entregada la bandera del Esposo.