CAPÍTULO II: De la triple consideración del tiempo

Los tiempos, por lo tanto, reciben su nombre de la palabra "temperando", ya sea porque cada uno de esos períodos está separado y regulado, o porque todos los ciclos de la vida mortal son regulados por momentos, horas, días, meses, años, siglos y edades. Sobre cada uno de estos aspectos, según el Señor nos lo permita, vamos a exponer, pero primero advertimos al lector que el cálculo del tiempo se distingue de tres maneras. O bien se desarrolla por naturaleza, por costumbre, o ciertamente por autoridad. Y esta misma autoridad se divide de dos maneras: humana, como las Olimpiadas de cuatro años, las ferias de nueve días, las indictiones (ciclos fiscales) de XV años.

También el día que se compone de los cuadrantes, los griegos, egipcios y romanos ordenaron intercalar en febrero o agosto según su propio criterio. Sin embargo, por autoridad divina, el Señor en la ley ordenó que el séptimo día se celebrara el sábado, que en el séptimo año se descansara de la labor rural, y que el quincuagésimo año se llamara jubileo. Pues aunque se pruebe que las naciones bárbaras tienen semanas, no es desconocido que lo tomaron del pueblo de Dios. Por costumbre humana se estableció que el mes se computara en XXX días, aunque esto no concuerde ni con el curso del sol ni de la luna. De hecho, los que han investigado con más diligencia testifican que la luna tiene doce horas menos, salvo la razón del salto; y el sol tiene diez horas y media más. Además, se descubrió bajo la guía de la naturaleza que el año solar se compone de CCCLXV días y un cuarto; mientras que el año lunar, si es común, se compone de CCCLIV días. Si es embolismal, se termina en CCCLXXXIV días, y todo el curso de la luna se comprende en un ciclo de diecinueve años.

Pero también los planetas errantes se mueven en sus propios espacios alrededor del zodiaco, lo cual la naturaleza no es, según la demencia de los paganos, una diosa creadora entre muchas, sino que fue creada por el único y verdadero Dios, cuando ordenó a los astros puestos en el cielo que fueran para señales, y tiempos, y días y años.