Epístola 116: R116: Hildegard von Rupertsberg a Abad N. von Ilbenstadt

Respuesta de Hildegarda.

La luz serena, que da palabras para meditar, dice: ¡Oh hombre! Tienes la confianza de pensar en el Hijo de Dios, pero dudas en partir el alimento que deseas comer, según lo dicta tu mente. ¿Cómo y por qué rodeas diversas cosas, cribando y mirando por todas partes, buscando aquello que se encuentra en la ceremonia? ¿Por qué haces esto? Dios edifica en cualquier causa que se realice bien y con justicia. Levántate, pues, hacia la luz, y vivirás eternamente. Porque Dios tiene para sí un holocausto en su instrumento. Bienaventurado es aquel que siempre tiene a Dios en todas sus causas, porque el diablo nunca lo engañará. Vive, pues, tú, ¡oh hombre!, y sé victorioso en este mundo sombrío.