Epístola 257: R257: Prior C. von Cîteaux a Hildegard von Rupertsberg

Del Prior de los Hermanos de Cîteaux. A Hildegarda.

A Hildegarda, honorada y sinceramente abrazada en los brazos de la caridad, señora y maestra de las hermanas de San Roberto en Bingen.

Yo, C., prior indigno y toda la congregación pobre y humilde de los hermanos de Cîteaux, que seguimos al Cordero dondequiera que vaya entre los coros de las vírgenes. Aunque separados por la distancia de los lugares, porque no podemos disfrutar físicamente de vuestra deseada presencia, nos alegramos de saludaros y hablaros por medio de esta carta. En Cristo os veneramos como a una superiora, y esperamos teneros ante Cristo como una madre queridísima e intercesora.

Habiendo escuchado la fama de vuestra buena conducta y fiel administración en Dios, ofrecemos nuestro ministerio en nombre de vuestra estabilidad y por la obligación de la oración, y por vuestra salvación ante Dios. Por tanto, oh señora, os escribimos esta carta de saludo para que recordéis de nosotros, y para que aconsejéis a vuestras subordinadas que hagan lo mismo. Hemos escuchado mucho sobre vos, lo que nos llena de gran alegría, porque podéis investigar los misterios de Dios y manifestar no pocas cosas de sus secretos. Por consiguiente, pedimos vuestra clemencia para que, según lo que Dios os revele, no dudéis en describirnos aquello que en nosotros y en nuestra orden monástica pueda desagradaros, a vos o, mejor dicho, a los ojos divinos. Que estéis bien.