Epístola 67: R67: Abad A. von St. Emmeram in Regensburg a Hildegard von Rupertsberg

A Hildegarda, de A., indigno provisor del cenobio de San Emmeram en Ratisbona:

A la religiosísima sierva de Cristo, Hildegarda, perseverancia en todos los bienes otorgados por el Padre de las luces. Damos gracias a nuestro Señor Dios, quien ha adornado maravillosamente su Iglesia donándote a ella. Porque a través de ti, todos los justos se glorían magníficamente y aquellos que hasta ahora estaban desesperados se alegran beatíficamente, pues esperan que a través de ti puedan reconciliarse con Cristo.

Por ello, el portador de las presentes cartas, quien según dice, ha desesperado de su salvación, recientemente me ha lamentado sus miserias, rogándome que lo dirigiera a tu presencia con cartas de recomendación. Por lo tanto, oh sierva de Cristo, te lo encomiendo a tu piedad y compasión, rogándote suplicante que, por el amor de Dios Todopoderoso, trabajes con todas tus fuerzas y con todos los que te obedecen por la salvación de él.

Además, oh amada de Dios, te suplico a tu benignidad que te dignes encomendarme a mí y a todos los que me han sido confiados en tus asiduas oraciones a Cristo, quien es el retribuidor y la recompensa de sus santos. Amén. Que estéis bien.