Epístola 88: R88: Hildegard von Rupertsberg a Abad G. von Salem

Respuesta de Hildegarda.

Quienquiera que haya aceptado un campo o un rebaño por la fe en su cuidado, no debe abandonarlo, sino gobernarlo como un padre de familia. Porque quien abandona su rebaño y acepta otro, es llamado transgresor de los preceptos de Dios. Tú, sin embargo, pastor, según la piedad del Padre y el cuidado del pastor, debes tener la vara de corrección. Además, el pastor no debe convertirse en un ladrón. ¿Cómo? El ladrón se lleva lo que quiere y deja lo que no quiere. Así también muchos pastores, según su propia voluntad, eligen lo que desean y rechazan lo que no desean. Muchas veces también desprecian a los discípulos perfectos y buscan a los vagabundos y vanos. Un padre piadoso corrige a su hijo con todo amor y no le priva de lo que es bueno para él.

En tu congregación, veo a algunos brillando como la aurora a través de sus buenas obras y paciencia, pero la mayor parte los veo en la alternancia de sus hábitos y en la vanidad nebulosa y en su propia disposición audaz en palabras de excusa. A estos debes advertir y corregir tanto como puedas. Pues Dios eligió el Antiguo y el Nuevo Testamento y los dejó a sus hijos, para que fueran enseñados a vivir correctamente a través del Espíritu Santo. Dios te quiere, así que ten cuidado de no apartarte de Él.