Epístola 61: R61: Abad E. von St. Anastasius a Hildegard von Rupertsberg

A la señora Hildegarda, del abad de San Anastasio:

A la amada en el Señor y devotísima hermana Hildegarda, por la gracia de Dios, maestra en el cenobio de San Roberto, el hermano E., llamado abad de San Anastasio, os envía saludos y oraciones. Gloria a Dios, porque sois el buen olor de Cristo tanto entre los vuestros como entre los nuestros. El buen nombre de Cristo es bendecido y alabado a través de vos y de quien es santificado en vos. Pues glorificáis y lleváis en vuestro cuerpo a Cristo dignamente, haciendo honor a la llamada con la que fuisteis llamada, cooperando con la gracia que os ha sido dada, mostrándoos en la casa del Señor como un vaso para honor en todo.

Y puesto que sois un instrumento familiar de Cristo y receptáculo de su Espíritu, os suplicamos con humilde oración que oréis en espíritu y en verdad por mí y por aquellos que han sido encomendados a nuestro cuidado, para que Él perfeccione en nosotros lo que ha comenzado, y nos conceda el querer y el hacer según su buena voluntad, para que nosotros también completemos la carrera del buen combate en Cristo y nos gloriemos juntos en su alabanza.

Por lo demás, ruego que el Espíritu que revela los arcanos y secretos de su sabiduría os indique lo que me conviene en llevar el yugo de la obediencia a Cristo, a saber, si debo perseverar o descansar, para que pueda dedicarme a la contemplación de Él. Cualquier cosa que os sea revelada sobre esto, no me la ocultéis, pues mi corazón está preparado, Dios, mi corazón está preparado para hacer tu voluntad.

Necesitamos el libro que escribisteis, y vuestro consejo y ayuda, y vuestra buena voluntad. Deseamos muchísimo tenerlo y contemplar las maravillas de Dios en él. Además, os ruego fervientemente que nos visitéis y nos consoléis con la respuesta de vuestras cartas, en el trabajo y la paciencia por Cristo, de los abundantes consuelos de Cristo a través de vos. Salud y que estéis bien. Saludad a vuestras hermanas y orad por nosotros.