Epístola 179: R179: Lucardis von Bamberg a Hildegard von Rupertsberg

Lucardis, abadesa en Babenberch, a Hildegarda.

A Hildegarda, señora y madre amable, venerable por su religión y dignidad. Lucardis, aunque indigna, abadesa llamada de Babenberch, junto con todas aquellas que le han sido encomendadas por Dios, [le envía] todo lo que valen las oraciones de las humildes.

Nos regocijamos en Cristo tanto como nuestra capacidad lo permite por la bienaventuranza de vuestra persona, porque el Señor, que os conoció de antemano y os eligió para Él, os ha iluminado y colmado con el espíritu de profecía en nuestros tiempos. Cristo nos ha alegrado especialmente en esto, no solo porque os ha previsto y predestinado siendo mujer, sino porque a muchos ha iluminado con su gracia a través de vuestra enseñanza. Por ello, le damos las más grandes gracias a Él por vos, y humildemente rogamos que lo que ha comenzado en vos, lo complete con su clemencia hasta llevaros a lo eterno.

Por tanto, solicitamos encarecidamente que os dignéis recibirnos en la fraternidad de vuestra comunidad y que os esmeréis en recomendarnos a vuestro santo convento, y que nos fortalecéis con vuestras cartas de amonestación. Que vuestra caridad esté bien.