Epístola 230: R230: Hildegard von Rupertsberg a Monje V. von Soissons

Respuesta de Hildegarda: En la verdadera visión de los misterios de Dios, escribo viendo, oyendo y comprendiendo de una sola manera. Pero tú, oh hombre, eres semejante a una nube que avanza y retrocede, y que en ambos casos es algo luminosa, pero a través de la cual el sol se oscurece a menudo, de modo que se espera durante mucho tiempo que vuelva a brillar.

Está escrito: "Porque, he aquí, los que se alejan de ti perecerán". Esto significa que aquellos que tienen el día del buen conocimiento, pero miran hacia indagaciones ajenas y sin valor, y se adentran en las sombras que no buscan ayuda en la racionalidad, sino que son vanas, se marchitan y no tienen verdor en Dios. Pues Adán, cuando brillaba lleno de la inocencia y la santidad, pereció en la transgresión de los mandamientos de Dios, cuando se le arrebató la diadema de la inocencia, es decir, la bellísima hija del rey.

Ahora restaura tu mente hacia el bien y mira hacia la fuente de agua viva, y no busques causas diversas en una casa ajena, porque cualquier causa que no sea útil se marchitará, ya que no ha sido plantada por Dios. Que tu mente sea pura en Dios y en el hambre de la justicia de Dios y en el camino recto, y Dios te acogerá.

Por lo tanto, los trabajos que has comenzado y realizado por amor a Dios deben ser suficientes para ti. Pero dirige tu mente y tus pensamientos hacia Dios tanto como puedas. Siempre dirigiré mis oraciones a Dios por ti.