Epístola 121: R121: Preboste A. von Hameln a Hildegard von Rupertsberg

Preboste en Hameln a Hildegarda.

A Hildegarda, gema de Bingen, verdadera esposa de Cristo, instruida en la disciplina regular, A., indigno proveedor bajo la regla de San Agustín en Hameln, te ofrece devotas oraciones sin cesar. Durante un largo período, debido a la enfermedad frecuente de mi cuerpo, he buscado tu presencia muchas veces. Bien lo sabes, hija de Cristo, cuando en una ocasión me presenté ante ti, sufría una gran enfermedad en mi cuerpo. Esta dolencia, que aún no cesa, me atormenta día y noche.

Como la fragilidad humana es a menudo objeto de la justicia divina, no sé si he caído en esta enfermedad o tentación debido a un aumento de mis pecados. Por la gracia de Dios soy lo que soy, y no dejo de ofrecer a Dios omnipotente el peso de mi pequeño trabajo, tanto en vigilias como en oraciones, por diversas causas. Si es posible, te imploro, santísima, que me respondas acerca del fin de mis trabajos. Y confiando en la ayuda de tu piedad, te ruego que seas la intercesora ante Dios por mi situación. Busco la ayuda de tu piedad y te pido que, con tus oraciones, ruegues por mi curación.

La oración ferviente del justo tiene mucho poder. Yo, pecador no menor, peligrosamente abrumado por la debilidad del alma y del cuerpo, no puedo explicarte muchas cosas. Te ruego que me envíes escritos que pueda leer y que me delegues asuntos a tratar en los divinos misterios.

Adiós, mi señora, y ruega por mí a tu esposo.