Epístola 51: R51: Friedrich Barbarossa a Hildegard von Rupertsberg

A Hildegarda de Federico, emperador:

Federico, por la gracia de Dios emperador de los romanos y siempre augusto, a la dama Hildegarda de Bingen, su gracia y todo bien. Hacemos saber a tu santidad que aquello que predijiste, mientras estábamos en Ingelheim, te rogamos que vinieras a nuestra presencia, ya lo tenemos en nuestras manos. Pero no cesaremos en esforzarnos con todo nuestro empeño por el honor del reino. Por lo tanto, te amonestamos muy íntimamente a ti y a las hermanas confiadas a ti, que dirijas tus oraciones al Dios omnipotente por nosotros, para que Él, en nuestros trabajos terrenales, nos convierta hacia Él de tal manera que podamos obtener su gracia. Debes estar segura, además, de que en todos tus asuntos que nos sean dirigidos por ti, no atenderemos ni a la amistad ni al odio de ninguna persona, sino que, únicamente con respeto a la justicia, nos proponemos dictar equidad.