Epístola 43: R43: Heinrich von Frankreich a Hildegard von Rupertsberg

Episcopus de Beauvais a Hildegarda.

Heinrich, por la gracia de Dios llamado obispo de Beauvais solo de nombre, a Hildegarda, querida maestra de las hermanas en el monte de San Roberto en Bingen, si en algo vale la oración de un pecador con espíritu contrito y humillado. Bendito sea el Señor que te ha bendecido con toda bendición espiritual, de modo que, en el olor del ungüento con el que Dios te ungió con la unción de su misericordia, se atraiga también a muchos en partes lejanas del mundo hacia la devoción.

Pues la manifestación de la dignación de Dios hacia ti es para mí, pecador y agobiado por los torbellinos del mundo, un gran consuelo, aunque estoy muy lejos de ti en cuerpo pero no en mente. Confiamos sin duda en que, por tus méritos y oraciones, la misericordia de Cristo se manifiesta a todos los que buscan fielmente la ayuda de tus oraciones. Por lo tanto, nosotros, desconfiando de nuestra propia conciencia y no teniendo ninguna confianza en alcanzar la salvación por nuestros actos, te imploramos por la caridad del Espíritu Santo, en regiones remotas, que implores al Señor indulgencia para nuestros pecados con tus oraciones.

Además, no te resistas a escribirnos cualquier pequeña consolación o admonición necesaria para nuestra salvación, según tu cariño. Que Él, quien todo lo puede y a quien ningún pensamiento le es oculto, se digne satisfacer, según su beneplácito, el deseo de nuestro corazón con sus oraciones.