Epístola 31: R31: Hermann von Arbon a Hildegard von Rupertsberg

Obispo de Konstanz a Hildegarda.

Por la gracia de Dios, obispo de la iglesia de Konstanz, aunque inútil e indigno, a Hildegarda, esposa de Cristo, del cenobio de San Roberto en Bingen. Te deseo un aumento de la caridad íntima y un curso muy feliz en ambas vidas. La fama de tu sabiduría, difundida ampliamente, me ha sido relatada por algunos verídicos, lo que provocó en mí el deseo de buscar tu consuelo y alivio desde tierras remotas y encomendarme a tus oraciones. Pues es duro que quien no sabe moderar su propia vida se convierta en juez de la vida ajena. Por lo tanto, solicito con sincera devoción tu amor, para que me socorras ante Dios con tus oraciones y me fortalezcas con tu respuesta, porque tanto mi propia voluntad como las preocupaciones terrenales me apartan casi de todas las maneras del servicio de Dios.